jueves, 14 de julio de 2011

Cielo y mar

Cuando la montaña da paso al acantilado, rozando cielo y mar a la vez.
Mis sentimientos son completos, sinceros y, la verdad, no terminan de aclararse. Cuando el cielo te ofrece la dulzura, el cariño, la sensación de estar flotando, un sentimiento puro y fresco, como el aire. El mar te ofrece la rebeldía, el ir y venir de las olas, su sabor salado, sus ganas de movimiento, de fluir, te posee y no te deja escapar. Como dos mundos, dos almas, dos personas que, aún siendo totalmente diferentes, son capaces de enamorar al mismo corazón, así, de esa manera está mi ser, andando de un lugar a otro sin dejar paso al pensamiento, dejándose llevar por los sentidos que no terminan de escoger.
Y entonces me doy cuenta, tan solo debo decidirme, me encuentro en un punto en medio de la nada donde debo elegir entre cielo y mar.

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