lunes, 7 de marzo de 2011

Quiero

Un día de los que se conoce como ensueño, un despertar agradable ante todo, un suave beso de buenos días, un desayuno especial, donde no falten las tostadas con mermelada de fresa recién untada. Una hora bajo el sol con el bikini que compré el verano pasado en una tienda de esas de souvenirs, una toalla y, cómo no, algún lugar donde darme un buen chapuzón bien acompañada. Una relajante siesta apoyando mi cabeza sobre tu pecho, el lugar más idóneo para descansar. Tras una merienda donde consten un par de chuches y un zumo de melocotón, un atardecer sentados sobre una manta que nos envuelva bajo una manta de estrellas que no tardarán en aparecer. Una cena bajo la luz de la luna y las sombras de las velas, para acompañar con un cálido abrazo y el sueño más intenso que jamás he vivido despierta.



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