Ya no se cómo explicar esto, la rutina ha pasado a ser parte de nuestras vidas y no podemos hacer nada para remediarlo. Sí, tal vez fue mi culpa, tal vez yo me canso de estar exhibiéndome ante tus perfectos amigos y amigas, entre los que ya no creo tener lugar pero, ya es un hecho que nuestros encuentros son repetitivos. No digo esto porque me esté cansando de verte, ni mucho menos, la verdad es que mi vida no es nada interesante sin ti a mi lado, eres la persona que me trae la alegría de cada día, el suspiro, el aire que necesito sacar, eres ese que me escucha y me comprende, que no me juzga y que intenta servirme de ayuda. La verdad es que aguantarme es un mérito por el que ya te has ganado la novena parte de las medallas, pero, tengo miedo y esa es mi realidad. Tengo miedo a que te canses, tengo miedo a no atraerte, tengo miedo a ser esa a la que tengas que ir a ver cada uno de los días de la semana, porque, debo aclararte, mi vida, que del verbo querer al verbo tener que, tan solo hay un paso.
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