jueves, 4 de agosto de 2011

Donde aparecen las montañas

¿Me quieres?
¿Yo? Sí, ¿por?
Por nada, es que no lo parece, me dices que te deje, que necesitas espacio y yo, yo quiero ocupar todo tu espacio para que no me olvides.
No seas tonto, no te voy a olvidar por eso. Solo necesito un lugar donde pensar, donde poder meditar, descansar, relajarme y olvidarme de todo lo que me rodea. Solo eso.
Pues, tienes todo el tiempo que necesites, solo necesitas encontrar un lugar para ello, donde seas capaz de realizar todo eso y mucho más.
Tranquilo, ya me he puesto a buscarlo y, he dado con la solución. Hay un lugar, un lugar cerca de la playa, donde una pequeña casita de madera decorada en un ambiente rústico me acoge y me hace adorar lo que me rodea. Desde allí se escuchan los pájaros que habitan en las montañas que se ven a lo lejos, y no tan lejos, que te impulsan a recorrer cada uno de sus adorables caminos parando, de vez en cuando, para contemplar y dibujar cada uno de los maravillosos parajes que se plantan ante mis ojos.
Allí es donde consigo olvidar, y no tanto olvidar, pensar en todo lo que me ocurre, todo lo que me pasa y que hace que deje de dormir las horas que necesito, hacen que deje de volcarme en las cosas que de verdad me importan, hace que, bueno, hace que llegue a odiar las cosas que más quiero y deseo.
Por eso necesito irme así que, si necesitas algo estaré...donde aparecen las montañas.

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